
"Es la vida, y no la muerte, la que no tiene límites". Con esta frase sobre el fondo de un atardecer en el Amazonas, mientras el barco de la Compañía Fluvial del Caribe navega arriba y abajo para "toda la vida" salvaguardando la felicidad del amor consumado, termina "El amor en los tiempos del cólera",
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