domingo, 16 de noviembre de 2008


ENTREVISTA: ENTREVISTA KAZUYO SEJIMA
"Camino hacia la extrema sencillez"

… Vive en una casa en el centro de Tokio, ¿la diseñó usted?

No. Hubiera sido difícil y caro levantar una casa en Tokio, donde no hay apenas suelo. Pero soy una persona que necesita flores y algún árbol cerca. Por eso he buscado tener un jardín, aunque sea muy pequeño. Tengo cuatro árboles: un limonero, un manzano, un arándano y un naranjo chino en apenas tres metros.

¿Por qué necesita el jardín?

Cuidarlo me hace sentir bien. Además, es muy interesante observar los árboles y las plantas. Las flores no sólo son bonitas, cambian continuamente. Los insectos también son interesantes. En un jardín, por pequeño que sea, siempre están pasando cosas.

¿Tiene tiempo de observar la naturaleza?

Un jardín hay que regarlo cada día. Y mientras lo riegas, lo miras.

Ha hecho muchas viviendas pequeñas. ¿Es lo que más le interesa?

La casa es la célula. Y me atrae mucho su evolución. Pero la gran escala también me interesa. Lo que no haría sería dejar de proyectar viviendas para diseñar sólo grandes edificios. Uno se mide cada vez que hace una vivienda. Todas las viviendas que he hecho ilustran mi biografía arquitectónica, mi evolución como arquitecta, los intereses de cada momento.

¿Y hacia dónde camina ese sendero?

Hacia la extrema sencillez.

¿Le sigue interesando la moda?

Sí. Puede que no tanto, pero me gusta ir de compras. Fundamentalmente me gusta Comme des Garçons por una razón práctica: sus diseños están pensados para el cuerpo japonés. Pero a veces compro prendas que no podré ponerme nunca.

¿Para qué las compra?

Para mirarlas. Las saco del armario y las miro.

¿Como una escultura?

Algo así.

Ha dicho que necesita estar cerca de la naturaleza. Pero muchos de sus edificios se cierran al exterior y se vuelcan a una vida interior.

Cuando hago un museo, como el de Nueva York, lo habitual es controlar la luz e incluso las vistas. Pero ahora estoy haciendo una galería completamente transparente en la isla de Innoshima, en Hiroshima. La idea de mostrar una escultura o una pintura como flotando en el paisaje me parece preciosa.

¿Cómo protegerá las pinturas?

Estamos trabajando en eso. Por eso necesito tanto tiempo para hacer las cosas [se ríe].

¿Cuántas horas trabaja?

Normalmente empiezo a las diez, a menos que esté muy cansada. Y acabo sobre las dos o las tres.
No es un horario excesivo.

¡Dos o tres de la madrugada! [Se ríe]. Son 15 horas o algo así. Como y ceno en el trabajo.

¿Y sus 28 empleados?

Ellos hacen turnos. Trabajamos en Estados Unidos y en Europa y necesitamos poder hablar con ellos.

¿Cuántas horas duerme?

Unas cinco.

¿Y cuántos cafés bebe?

Todo el rato.

Cigarrillos, ¿cuántos?

Muchos también.

¿Fuma en el estudio?

Sí. No está prohibido en Japón.

Corre la leyenda de que la gente de su oficina duerme debajo de la mesa.

¡Es verdad! [Se ríe]. Nos agotamos. Yo también me meto después de cenar. Treinta minutos y como nueva.

¿Debajo de la mesa?

Sí. Es como un cuartito. Tengo una colchoneta y la despliego.

¿Qué le gustaría hacer?

[Silencio de cerca de cinco minutos. Parece que está pensando, pero al final la entrevistadora también duda. Mejor preguntar de nuevo].

Dice que ha empezado a dudar si debería o no hacer algo más. ¿Qué le gustaría probar?

[Calla durante más de dos minutos]. A veces pienso que hasta aquí he llegado. Pero luego me vuelven ganas de seguir haciendo arquitectura. Pienso que no es suficiente lo que he hecho. Sé que debería intentar, por lo menos, conocer otras cosas, porque dedicar toda tu vida a hacer una sola cosa no es suficiente. Pero no me veo capaz de hacer mucho más...

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